Galette de tomates cherrys
Mirar que receta más vistosa os traigo hoy, una galette salada con tomates cherrys, una delicia comerla recién horneada, con el queso bien fundido. ¿Qué os parece, os gusta? pues entonces os dejo la receta para que podáis saborearla también en vuestras casas.
Ingredientes:
Un buen puñado de tomates cherry de colores
250 gr de harina de trigo
50 gr de almendra molida
30 gr de queso parmesano rallado
125 gr de mantequilla sin sal fría
Una yema de huevo
3 cucharadas de agua fría
1 bola de mozarella
Semillas de chía
Sal
Pimienta
Hojas de albahaca para decorar
Un huevo para pincelar
Elaboración:
Vamos a preparar una masa quebrada para la base de nuestra galette, para ello, en un cuenco tamizamos la harina. Incorporamos la almendra molida y el queso parmesano recién rallado. Mezclamos bien.
Añadimos la mantequilla bien fría cortada a dados. Batimos a velocidad baja hasta que nos quede una textura arenosa.
Incorporamos la yema de huevo y mezclamos bien hasta que quede todo bien integrado.
Añadimos una cucharada de agua fría y batimos, añadimos otra cucharada de agua y volvemos a batir y repetimos con una tercera cucharada. Veréis que la masa queda más compacta, si no fuera así podéis añadirle un poco más de agua.
Hacemos una bola con la masa, la envolvemos en film y la dejamos reposando en el frigorífico durante unos 30 minutos.
Cortamos los tomates cherry a la mitad y los vamos colocando en un cuenco, los aliñamos con aceite de oliva, sal y pimienta.
Pasado el tiempo de reposo, colocamos la masa entre dos láminas de papel de hornear y con la ayuda de un rodillo la extendemos tratando de darle forma redonda con un grosor de 2 mm.
Pasamos la masa, sin quitar el papel de la base, a una bandeja apta para el horno.
Secamos bien la mozarella con papel absorbente y desmenuzamos, la colocamos sobre la masa, dejando un par de centímetros de los bordes.
Sobre la mozarella vamos colocando las mitades de los tomates bien juntos.
Doblamos los bordes sin relleno hacia dentro, formando un saquito, no importa que la masa se rompa un poco porque quedará más rústico.
Pincelamos los bordes de la masa con yema batida. Espolvoreamos semilla de chía o las que más os gusten.
Horneamos durante 30 minutos a 175ºC con calor arriba y abajo. Si vemos que la parte de abajo queda un poco blanda porque el queso se funde, podemos hornear diez minutos más con calor solo abajo.
Decoramos con unas hojas de albahaca.
Servimos caliente.